miércoles, 17 de octubre de 2007

EL BESO DE LAS BUENAS NOCHES


Los platos ya estaban limpios, la camisa planchada, fue al baño a cepillarse los dientes. Se miró al espejo mientras hacía aquel movimiento cíclico. Se había perdido por algunos segundos y ya parecía un perro rabioso. Escupió toda la espuma antes de que se le vinieran las arcadas. Luego la toalla, un par de pausas y la cama. Acomodó las zapatillas de forma perpendicular a la mesa de luz, levantó la manta, dobles triangular, pie derecho primero, izquierdo después... Ya eran las doce, y prendió el televisor para poner la hora del sleep -Con media me sobra- se dijo mientras trataba de recordar si había planchado la vendita camisa. Ya no lo recordaba pero estaba demasiado a gusto para volver a todo aquello.
Dejó el control y tanteó las inmediaciones del velador. Ahí estaba, como lo había dejado al volver del trabajo. Comenzó a acariciar su mango y pronto llego al frió... Cerró los ojos y Marcelo pasó a segundo plano. Era solo él y ese filo. Lo saboreó de a poco hasta llegar a la punta, después volvió hasta el mango y lo usó "como se debe". La palma hacia arriba, se recordó que el corte no era como las películas. Lo apoyó por el filo, sintió enredarse las dos materias. No era un corte, solo el sabor entre el filo y la oportunidad. Estuvo mirándose algunos segundos, después dejó el instrumento en el mismo lugar donde lo había sacado. Cerró los ojos disfrutando que lo estaba haciendo. Al día siguiente lo primero que hizo fue esconder el cuchillo en la cocina pretendiendo que no era el único en la casa, y que no lo volvería a sacar por la tarde, al volver del trabajo.

"El pensamiento de suicidio es un poderoso consuelo, con él se logra pasar más de una mala noche.."
o algo así
Federico Nis-che
o algo así



2 comentarios:

Anónimo dijo...

es niestche

el pelao dijo...

menos mal que lo aclaraste, comentarista anónimo...
ricky, siempre una alegría pasar por aca