miércoles, 16 de abril de 2008

LIBERALISMO CONSERVADORISMO RADICALISMO




Sociología general
Aproximación al pensamiento social
Nociones de liberalismo, radicalismo y conservadorismo


A los fines de acercarnos un poco más a esta idea de “formación del pensamiento sociológico” que intentamos entender, quizás resulte interesante hacer un pequeño planteo genealógico. Partiendo de las tres grandes líneas de pensamiento o ideologías que ubica Nisbet a fines del siglo XIX y principios del XX, talvez sea más fácil arribar a la noción de ese pensamiento tan particular que atrae nuestra atención. Las corrientes que nos ocuparán aquí son; el liberalismo, el radicalismo y el conservadorismo. En las siguientes líneas analizaremos entonces las características más importantes de cada pensamiento, teniendo en cuenta que cada uno de ellos ha tenido gran importancia en este juego de creación donde las ideas han interactuado de forma coactiva, tanto dentro de los mismos pensamientos como así también entre estas distintas corrientes.
Comenzaremos entonces con las características fundamentales del liberalismo y nos resultará imposible aquí no tener en cuenta la importancia en este juego que tomará la razón, la emancipación de la mente y el espíritu humano que surgirá para oponerse a los antiguos lazos religiosos y tradicionales que proponía el viejo orden en la Edad Media. Habrá también una fuerte aceptación y promoción de esta estructura fundamental que forman el estado y la economía. Tomará fuerza el hombre como individuo, individuo autosuficiente y racional que será libre de actuar dentro de la nueva sociedad.
La segunda línea de pensamiento podría interpretarse como un derivado del mismo pensamiento liberal. Pero tendremos que tener el cuidado de reconocer una mentalidad muy diferente. Habrá en esta corriente una fuerte creencia en el poder político, su conquista, su purificación y su uso ilimitado con la finalidad salvadora tanto para el hombre como para las instituciones. Junto a la idea de poder, convive esa fe en la razón que ya encontrábamos en los liberales pero aquí reformulada para la creación de un nuevo orden social. Todo esto sustentado por esa fuerte creencia en la “fuerza política” de la sociedad hará de palabras como rebelión un eco común en el siglo XIX.
En cuanto al conservadorismo, lo observaremos como el primer gran ataque al modernismo. Lo que sitúa a la corriente en una especie de antinomia del liberalismo y del radicalismo pero la cosa no será tan simple. Para esclarecer un poco, podemos considerar al conservadurismo como esa ideología surgida de ambas revoluciones. La industrial y la francesa, ese hijo mal arriado que se vuelve en contra de los principios más fundamentales de los padres. Notaremos entonces un romanticismo en cuanto a las viejas tradiciones medievales. Se evocará la importancia de lo irracional, el interés en la reactivación de valores como el de comunidad, parentesco, jerarquía, autoridad y religión que amenazaban con desaparecer en las nuevas tendencias. En cuanto al radicalismo los conservadores no verán más que la catástrofe social enmarcada en los peligros del poder absoluto. El único camino que el hombre tendrá para evitar el caos social será el que reactive la prioridad de las instituciones tradicionales y la sociedad respecto del individuo.
Realizada esta austera genealogía cuesta poco ver que el pensamiento sociológico encuentra ideas fundadoras esenciales en las tres corrientes. Ideas que ya no estarán limitadas a una ideología particular, sino que se rearticularán, pujarán unas con otras para imponerse o perecer. Encontrarán lugares comunes o no, pero en ese camino encontrarán nuevas concepciones de lo social.

//malaprendidos//

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