sábado, 26 de abril de 2008

KMARX LESSON 2



continuando..


Enfrentado a lo que se puede esperar el pensamiento marxista retoma las ideas del iluminismo. Pero ¿Cómo? ¿No eran los iluministas esos personajes que apoyaban el nuevo orden de las cosas? Esos, que apoyados en la razón, la emancipación de la mente y el espíritu humano intentarán destruir los antiguos lasos religiosos y tradicionales de la edad media. Esos que ven progreso en todo ese nuevo sistema que se apoya en las revoluciones, ese sistema de la burguesía y como muchos empiezan a ver para la burguesía. ¿No debiera estar un nombre como el de K. Marx más cerca del conservadurismo, de la restitución de los antiguos lasos entre las personas, la conexión con la tierra, lo irracional? Ese conservadurismo que es el primer gran ataque al modernismo, a lo impersonal, a la urbanidad creciente, a la alienación o a las clases. Pues la respuesta es que no, o por lo menos no en la medida de lo que esperaremos. Pero entonces ¿No es el nombre de K. Marx el que resuena desde los tiempos como la gran antinomia, la gran oposición a eso que denominamos capitalismo? Ese nombre que hasta el menos instruido conoce y que se nos hace imposible de desligar del comunismo. Esa sangre política que late desde el manifiesto reclamando su materialidad al proletariado y a la burguesía ¿Cómo puede estar ligado al pensamiento liberal? ¿En que punto?
Para entender bien este tema vamos a arrancar por la “filosofía positiva” del conservadorismo y en su representación tomaremos a Comte y a la sociedad orgánica. Esa idea que se escucha hasta en nuestros días de la sociedad mirada como un organismo que evoluciona, genera, degenera y lo hace pasando por distintas etapas, buenas y malas. Y tomamos esta idea porque a partir de ella, Comte verá por ejemplo la necesidad de mejorar las condiciones pero también creerá en el progreso armonioso de la sociedad. Aquí el énfasis va en “armonioso” porque desde este punto de vista, la mejor manera para que la sociedad progrese no va a ser la crítica, el conflicto de clases o la actividad revolucionaria. La respuesta a los problemas vendrá de la mano del intento de reconciliar las partes, reconciliar esas clases antagónicas que ya empiezan a verse. ¿Cómo hacer esto? Educando a las clases inferiores para que luego ocupen el lugar que la nueva sociedad les ha asignado y esperando que se resignen a esa situación. Esa es la idea mediante la cual se podría lograr un orden orgánico y libre de conflictos.
Pero podrá objetarse que no se ha hablado todavía de marxismo en este texto y el lector inquieto quizás tenga razón en sostener que solo hemos dado vueltas en lo que ya sabíamos de conservadorismo, liberalismo, iluminismo. Para entrar en este pensamiento marxista volveremos a las primeras líneas de este texto en donde lo ligábamos con algo poco esperado como el iluminismo y su legado. A diferencia de Comte y su lucha contra el iluminismo completo, veremos en Marx la idea de reestablecer las premisas fundamentales de esta corriente filosófica, pero obviamente no de cualquier manera. Marx será diestro en esta tarea y por eso mismo nunca a nadie se le ocurrirá llamarlo liberal. Lo que retoma de este pensamiento será esa palabra de las primeras líneas de este texto, que quizás pasó desapercibida. Estamos hablando de la razón, y con ella en la creencia que los iluministas en el hombre. El hombre como capaz de alcanzar las formas más puras de creatividad, de lograr el más alto de los pensamientos, hombre capaz de acción. Marx va a partir del mismo hombre en su pensamiento, sus posibilidades, sus potencialidades y como veremos en breve, todo lo que sojuzgue a las mismas. Así llegará pronto a ese “Animal laborans” bestia limitada a la más estricta de las necesidades corporales.


Alienación.

Marx verá en el nuevo sistema la alienación del hombre, particularmente en esa clase que se caracteriza por vender su fuerza de trabajo en el mercado que es el proletariado. No es que vea solo en el proletariado la única clase alienada, sino que verá en el mismo la mayor deshumanización. La más marcada perdida de esas facultades creadoras que hacen al hombre y lo transforman en algo “menos que un animal”. Pero ¿Que es la alienación? Termino importante por cierto. Marx irá más allá que Feuerbach y su idea estrictamente filosófico-psicológica. Para él esta alienación será claramente un fenómeno social. Esto de “desprenderse de” renunciar a” “privarse de” “despojarse de” Todo eso que implica básicamente “hacerse exterior a sí mismo”. ¿Y como se llega a esto?
Marx nos va a decir que inicialmente los hombres son alienados de su propiedad y por eso se ven obligados a vender su fuerza de trabajo para subsistir. El capitalista paga por esta fuerza de trabajo que ha estado esperando. Tenemos así una relación “instrumental” compuesta por ambas partes, proletariado y burguesía. Apenas entra en este trato, el trabajador imprime sus energías en la producción de objetos. En otras palabras objetiviza su fuerza de trabajo en mercancías sobre las que no tiene control. Estas mercancías que pertenecen a una cadena productiva son ajenas a él. Se le presentan como algo extraño que apenas llega a conocer.
Entonces lo importante hasta acá es rescatar que el obrero pone su vida en el objeto y esta vida que ha transferido, por las mismas características del sistema, se le opone como algo hostil, algo ajeno puesto que su trabajo no es voluntario y creador sino coercitivo o forzado. El obrero experimenta todo este proceso de producción como una pérdida de libertad y no como el acto de libertad que debería ser. Ya no es el hombre que trabaja en el sentido positivo y creador. Ese que tiene la capacidad de hacer del trabajo una actividad grata, donde su producto queda en sus manos, es tangible, observable y esta bajo su control.
Para reencontrar a ese hombre perdido, Marx va a ver la necesidad de destruir el orden en el cual se inscriben las relaciones que lo alienan. Y verá esta reestructuración en manos del comunismo que será el “movimiento real que suprime el presente estado de las cosas” y restablezca las facultades del hombre verdaderamente libre. Recién dijimos suprimir el presente y será este el punto de tener en cuenta el famoso materialismo histórico.

Materialismo histórico


“La historia avanza por el lado malo…” ¿Qué significación le quiere dar a esta frase? ¿En que se inscribe? ¿A dónde nos lleva?

Joven Hegeliano, Marx y su materialismo tienen una gran deuda asumida con el idealismo alemán pero sobre todo con la dialéctica de su profesor. No nos pondremos aquí a entender las cuestiones de tesis, antitesis y síntesis. No abordaremos la dialéctica Hegeliana para no meternos en una empresa que queda muy por encima de nuestro alcance y nivel. Lo importante acá es que si bien el materialismo le debe mucho a la dialéctica de Hegel nunca podríamos decir que son lo mismo. No solo son diferentes, sino que podemos entender que están en oposición directa. Mientras que para Hegel la dialéctica se da en el plano de la idea, del pensamiento. Marx nos va a decir que la dialéctica esta en lo material y desde este plano llega a la mente y al pensamiento. La tesis, la antitesis y la síntesis están ahí, en eso material y observable. En las relaciones entre los individuos, en los modos de producción, en la familia pero sobre todo en las clases. Es claramente un llamado a los actos, ese ímpetu político que veremos latir con fuerza en el Manifiesto comunista, esa idea de acción que ya hemos rescatado en el radicalismo. Si el feudalismo había generado su antitesis en la burguesía y la síntesis había llegado de manos del capitalismo, ahora el capital había generado la antitesis en el proletariado y su inminente síntesis sería comunismo.

//malaprendidos//

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