viernes, 9 de mayo de 2008

MARX LESSON 4

ultimas aproximaciones de este primer intento..

Sobre el manifiesto

De significando histórico inapelable, el Manifiesto Comunista es sin duda uno de los textos políticos más trascendentes de todos los tiempos. Escrito de pocas paginas, pasaría inadvertido para quienes había sido escrito por mucho tiempo. Perteneció en esos primeros años, a las bibliotecas de hombres y mujeres que encontraban un particular interés en la teoría que quedaba encerraba los movimientos socialistas. De ninguna manera podía tomarse entonces como un factor representativo de la afiliación a dichos partidos. Fue recién después de la Revolución de Octubre cuando este folletín toma particular difusión e importancia. En la Tercera Internacional notaremos ya un marcado interés en que todos los miembros logren la idea general de la teoría marxista. Es ahí donde los textos de Marx y Engels se convierten en algo trascendental para el movimiento. Que mejor momento para ese viejo documento que esperaba su oportunidad desde 1948. Como el genio que da tiempo a los demás para que lo entiendan, ahora reaparecía para solidificar las condiciones materiales del movimiento. Ese poder político cuya pulsión llama a la acción, cuya receta lleva al éxito, cuya trama atrapa. Esas veintipico de páginas donde aprendemos de burgueses, proletarios, sus relaciones, sus usos y abusos. Donde visualizamos las tramas productivas y encontramos trabajadores libres de elegir, pero no tan libres. Predicciones que incluso el lector actual podrá notar con claridad 160 años después su primera publicación ¿Cómo negarle a este documento su importancia historia? Creo que nadie se animaría.
Tendremos dos protagonistas en nuestra historia, por un lado el Burgués y por el otro el Proletario. Ya hemos hecho alusión a las relaciones que entre ellos existen. Conocemos eso de “relación instrumental” Aquí solo nos impregnaremos un poco más de sus características particulares a los fines de seguir llenando nuestros huecos.
La burguesía es esa clase de la revolución constante, acá hablo de la de los medios de producción y con ellos las relaciones sociales. Es la clase que necesita constantemente de estas condiciones para poder existir. Los que tienen los medios, los que definen los caminos. Esa clase que ha sometido al campo respecto de las ciudades. Que ha llevado “una gran parte de la población al idiotismo de la vida rural” (No malentender, idiotismo aquí se concibe como estrechez) La clase que ha centralizado los medios de producción y la política, concentrado la propiedad en sus manos. Esos medios que encuentran su génesis ya en la etapa feudal y ahora muestra sus frutos en las manos del capitalista. Esos individuos que controlan las relaciones de producción y así necesariamente controlan la vida de los que no tienen y por ende se ven obligados a vender su fuerza de trabajo para subsistir, los proletarios. Personajes que se someten a un trabajo ajeno a ellos a cambio de un salario, que se someten a la división del trabajo, la prolongación de la jornada, la pelea contra la maquina. Esos que ya no importa sean hombres, niños o mujeres; Todos encuentran ese único nombre que los diluye y los sumerge gracias a las tecnologías. Trabajarán para vivir, sin entender bien para que están viviendo. Encontraremos en el manifiesto estas dos clases bien diferenciadas, sus relaciones de sometimiento y también una esperanza basada en algunos ítems que parecieran llevar a la ansiada síntesis. Pero que pareciera, los mismos capitalistas entendieron mejor y cuidaron de contemplar en las llamadas sociedades neoliberales. Manejar los medios de comunicación, descentralizar al proletariado, desaparecer el sentido de clase, manejar la educación. Una lista compras que les posibilita continuar revolucionando los medios de producción y la vida de los que en el mundo viven.
El manifiesto ¿Uno de los guarda vidas que encontró el capitalismo? Una pregunta que me surge con lo poco que hemos desarrollado.

Hasta acá hemos hablado de alienación, hemos tenido en cuenta las relaciones particulares que surgen entre burgueses y proletarios. Entendimos las ideas del manifiesto, su contexto histórico. Vimos aquello del materialismo, pensamos los modos de producción. Pero pasamos por alto un término de vital importancia en el movimiento, termino conocido por todos seguramente, al menos de oído. Me refiero a la “plusvalía”, eso que ya por su nombre nos hace pensar en un plus de valor ¿Qué es la plusvalía? ¿A quien beneficia? ¿De donde sale? Son todas preguntas que nos van a surgir de inmediato.
Cuando comencé a leer a Marx hace algún tiempo lo que más llamó mi atención desde mi ignorancia, fue una correlación de letras que encontré en las primeras paginas de una antología. M-D-M y D-M-D ¿Qué significaban? Para ser muy básicos representaban relaciones de intercambio. Así teníamos que en la primera (MDM) una persona que cosechaba papas cambiaba esta “M”ercaderia por “D”inero, para luego volver a cambiar este dinero por otra “M”ercaderia que necesitara (supongamos pepinos). Por supuesto me pareció un trato justo. Un individuo comienza la jornada con un tipo de mercaderías y la termina con su equivalente en otra que necesitaba. Todos los implicados parecían intercambiar partes iguales. Tenemos entonces otra representación del viejo intercambio M-M (trueque) donde el dinero hace de intermediario. Pero entonces Marx nos dice que conjuntamente con este intercambio se da otro menos simple. D-M-D En el cual un individuo tiene cierta cantidad de “D”inero y compra su equivalente en “M”ercaderias para luego volver a vender y obtener “D”inero nuevamente. ¿Tenemos entonces un individuo que esta haciendo todo un gasto de tiempo y termina el día con la misma mercadería que había vendido en la mañana? Cave pensar en la estupidez de dicho procedimiento, que sería “estúpido” si no tuviéramos en cuenta que este individuo termina la jornada con más mercadería (dinero) de la que ha empezado. Pero ¿Cómo? ¿Magia? ¿De donde sale ese plus? Marx me estaba mostrando un cortocircuito en el sistema.
En el concepto de plus-valía entra nuevamente esta relación entre capitalista y trabajador que ya hemos desarrollado en varias partes del texto ¿Podría el capital existir sin el trabajo asalariado? La respuesta será que no. La premisa de que exista una clase social que no posea otra cosa que su fuerza de trabajo, será fundadora del capital. “El capital presupone el trabajo asalariado y este, el capital” Tenemos una relación simple entre dos partes a través de una tercera (la mercadería). Una de las partes posee el capital y la otra la fuerza de trabajo. La segunda impregna entonces la fuerza de trabajo en la mercancía. Al final de este intercambio el trabajador recibe un jornal que cambia por medios para vivir otro día y la otra parte recibe la misma mercadería que ahora tiene un plus de valor. Plus que no es otra cosa que ese trabajo materializado sobre la mercadería. Unos acumulan y otros alienan. Será ese, el círculo vicioso que alimentará el capital mediante la plusvalía surgida del trabajo y del trabajador.
No ahondaremos en las instancias que influyen sobre el valor del salario, sus alzas y bajas. Su oferta, su demanda, el valor de las maquinas, la división del trabajo, el trabajo asequible a cualquiera, etc. Todos esos desarrollos son accesibles en el texto de “Trabajo asalariado y capital” La intención fue la de hacer una primera aproximación al pensamiento marxista.
Me gustaría cerrar este desarrollo teórico con una frase del propio Marx que encontré hace ya un tiempo.

“la teoría es una violencia material cuando prende en las masas”

1 comentario:

Anónimo dijo...

La verdad es que te agradezco que hayas explicado de manera tan facil la plusvalia...me sirvio para rendir un final. Suerte!!!